La siguiente realización de Mushi Production fue una serie para la pequeña pantalla. La televisión comenzó sus emisiones en Japón en 1953, y las primeras muestras de animación que se televisaron procedían de Estados Unidos, con gran popularidad entre el público infantil. Toei Doga también se planteó la posibilidad de crear series de dibujos para la televisión, pero una entrega por semana suponía un trabajo demasiado pesado para ser rentable, por lo que abandonó la idea. En cambio, Tezuka, al frente de Mushi Production, decidió afrontar el reto que ello suponía, naciendo así la primera serie de la animación japonesa, con entregas semanales de 30 minutos.
El tema elegido fue el personaje de manga que el propio Tezuka había creado para aparecer periódicamente en una revista shōnen, el robot Tetsuwan Atomu, conocido en occidente como Astroboy. El laborioso trabajo que suponía hacer cuatro entregas mensuales se llevó a cabo por el sistema de animación limitada, que empleaba la menor cantidad posible de celuloide. En enero de 1963 se empieza a emitir la serie, que se ganó enseguida la aceptación infantil, llegando hasta un tercio de la audiencia. Tras ello, Toei Doga decide aprovechar el fenómeno y en noviembre del mismo año produceŌkami shōnen Ken —literalmente Ken, el niño lobo, Sadao Tsukioka—, según una historia original que en cierto modo se acercaba a la de El libro de la selva de Rudyard Kipling.
Otra de las obras más conocidas de Tezuka es Janguru Taitei —literalmente El imperio de la jungla, 1966—, y la primera del medio que utiliza el color. Sin embargo, en aquella época la televisión en color era un lujo que pocos podían permitirse, por lo que la mayor parte de los niños tuvo que verla en blanco y negro.
Estas obras de Mushi Production para televisión consiguieron exportarse a Estados Unidos, donde Tetsuwan Atomu fue rebautizada como Astroboy y Janguru Taitei como Kimba, El León Blanco, nombres con que más tarde saltarían a Europa.
Gracias al éxito de las series de televisión de Mushi Production y Toei Doga, surgió la competencia por parte de otras productoras. Cualquier género era susceptible de ser usado: deportes, fantasía, aventuras, series para chicos y para chicas... Al igual que Astroboy, muchas de estas series se emitieron en el extranjero. En la década de los 60 comenzó el tema de los robots gigantes con el anime en blanco y negroTetsujin 28-gō —exportada como Gigantor—, de la productora Tele-Cartoon Japan —Eiken en la actualidad—, basado en el manga homónimo de Mitsuteru Yokoyama. Sin embargo, no fue hasta principios de los años 70 cuando comenzó el auge de las series de robots gigantes con a Mazinger Z, basada en los personajes creados porGō Nagai, a la que seguirían varias imitaciones. Parte de estas series se exportaron, pero algunas de ellas resultaron problemáticas en países como Franciao Filipinas.
También hubo series de carácter educativo basadas en la literatura occidental, algunas mundialmente famosas como Heidi (1974), El perro de Flandes (1975) oMarco, de los Apeninos a los Andes (1976). De éstas, Heidi fue dirigida principalmente por Isao Takahata, mientras que el diseño y paisajes de las escenas corrió a cargo de Hayao Miyazaki. Incluso viajaron a Suiza para buscar paisajes reales que luego pudieran utilizar. La serie se emitió en Italia en 1976, pero muchos pensaron que se trataba de una serie italiana y no japonesa.
Fue gracias a la serie Uchū Senkan Yamato —exportada como Space Battleship Yamato o Star Blazers, 1974— la animación japonesa llegó a ser reconocida. En su primera retransmisión no consiguió una repercusión destacada, pero sí en su segundo pase, y a partir de que se efectuase un remontaje para su exhibición en salas cinematográficas, que provocó que los jóvenes hicieran cola ante los cines desde la noche anterior al estreno, fue recogido por todos los periódicos del momento como fenómeno sociológico. El creador de los personajes de esta serie fue Leiji Matsumoto, y gracias al éxito de Uchū Senkan Yamato, otras de sus obras fueron adaptadas a la pantalla. De éstas, la más popular fueGalaxy Express 999, cuyas adaptaciones para el cine, realizadas por Rintaro, comenzaron a estrenarse en 1979.
En 1979 se emitió la serie de robots gigantes Mobile Suit Gundam de Yoshiyuki Tomino (1941), pero no consiguió gran audiencia. No obstante, la alcanzó en su segunda emisión, llegando también a montarse ediciones especiales para su estreno en salas de cines (7 películas entre el año 1981 y el 2002). De la saga Gundam se emitieron hasta seis series distintas. Se vendieron perfectamente todo tipo de juguetes y reproducciones de robots inspirados en Gundam.
El formato OVA
El formato OVA (Original Video Animation) tuvo su punto álgido a comienzos de la década de los 80. Se trata de producciones lanzadas directamente al ámbito doméstico, sin haber sido emitida previamente por televisión o estrenada en cines. La mayor calidad de estas producciones, junto con la situación económica de Japón, hizo que este formato compitiera con las series televisivas que los seguidores del género se daban el lujo de comprar.
El primer OVA fue el de Dallos realizado en diciembre de 1983. Era un anime de ciencia ficción que fue fruto del pionero esfuerzo del estudio Pierrot, que se aventuró en este nuevo y desconocido mercado.
Finales del siglo XX
Las décadas de los 80 y 90 trajeron coincidencias con la irrupción a gran escala delanime en occidente, entre cuyos principales exponentes estuvieron series comoDoraemon, basada en el manga de Fujiko F Fujio; Hokuto no Ken, basada en el manga homónimo de Buronson y Tetsuo Hara; Dragon Ball, basada en el manga homónimo de Akira Toriyama; Saint Seiya, exportada como Los Caballeros del Zodiaco;' Capitán Tsubasa, conocida en el mundo hispano como Oliver y Benji oSupercampeones; Rurouni Kenshin, que fue titulada El guerrero samurái o Samurái X; Digimon; Pokémon, Slayers, más conocida en el mundo hispano como Rina y Gaudi o Justicieros; Neon Genesis Evangelion, del director Hideaki Anno;Marmalade Boy o Kimagure Orange Road o Ranma 1/2 de Rumiko.
Estas permitieron el redescubrimiento del anime en occidente y que en muchos países se abriera el camino a la creación de culturas otakus propias. Además, permitió la masificación de las chicas mágicas que protagonizaban animes como Sailor Moon y Magic Knight Rayearth.
Inicios del siglo XXI[editar]
Gracias al terreno preparado en occidente por las series de las décadas anteriores ha permitido que gran parte del anime creado sea traducido y distribuido en los mercados de todo el mundo. En los últimos años surge además en occidente, de la mano de las culturas otaku de la década de los noventa, gran cantidad de grupos y fansub que traducen y distribuyen en Internet series de dibujos animados y mangas. Esto es, a su vez, causa y consecuencia de la creciente distribución del anime fuera de Japón, puesto que muchas series ya cuentan con renombre antes de ser licenciadas y traducidas, lo cual permite su más fácil exportación.Una parte considerable de los mangas de éxito en Japón acaban en la actualidad con su versión en dibujos animados, ejemplos claros de los cuales son series comoRozen Maiden, One Piece, Naruto, Bleach, Inuyasha o Fullmetal Alchemist, entre muchas otras. Empiezan a ser menos frecuentes las series de anime originales, las que no están basadas en mangas, además de darse mucho menos el caso de mangas creados a partir de series de animación.
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